SUPERMAN EN LAS CALLES, EL RESTO DE KRIPTONIANOS...EN LOS HOSPITALES
Para mi abuelo y mi amigo Víctor, excelentes doctores y mejores personas |
El maestro, el cura y el doctor...esas eran, antiguamente, las personas más confiables y respetadas en las poblaciones pequeñas de México. A ellos se acudía en busca de consejo y consuelo, lo mismo para escribir una carta como para resolver asuntos, dirimir querellas, arreglar enredos.
A estos tres personajes se les atribuían, por encima de sus diferencias, un valor común, el de la vocación. En las películas antiguas: el maestro construía escuelas, con piso de tierra y techo de láminas por lo que contraían - cuando menos- una tuberculosis que, de sobrevivirla, le otorgaban una mística palidez. El cura, a pesar de la sotana, se metía en cantinas y burdeles, a rescatar ovejas del rebaño y, el doctor, dedicaba horas en atender a sus pacientes y sufría de terribles conflictos de conciencia si cometía el más mínimo error. Los tres, a cambio de sus servicios, eran recompensados con una gallina, un marranito y la gratitud y el cariño del pueblo, por lo que eran frecuentes invitados a la mesa de las familias de la comunidad, desde las aristocráticas, hasta las más humildes. En resumen, en las blanquinegras películas que hacían llorar a nuestras abuelitas, estos tres personajes eran unos SANTOS.
Igual es la nostalgia, la ficción, la modernidad o la burocracia...el caso es que, los "santos", son una especie en peligro de extinción, especialmente en el campo de la seguridad social.
Y no, no es que pretenda generalizar pero, en el caso de MI personal peregrinaje por las clínicas familiares, laboratorios, hospitales y especialistas del ISSSTE, yo no me tope con doctores a la antigüita ¡No señor! los míos todos eran kriptonianos, parientes de Clark Kent y, como éste, dotados de superpoderes: vista de rayos X; super oído, velocidad y fuerza; capacidad para adivinar y la habilidad para cambiar el destino de los mortales que requieren sus servicios, igual que la "mastercard", con el poder de su firma a la hora de autorizar estudios, licencias, discapacidades y/o cambios de actividad y redactar expedientes .
¿Por què les digo esto? Aquí unos ejemplos:
- "Esos no son nódulos, es una infección que le ha inflamado los ganglios": Doctor al que le tuve que solicitar, más de tres meses, que me realizara un perfil tiroideo...luego resultó que, efectivamente, eran nódulos y que tenía yo hipertiroidismo.
- "Es que si le receto yodo radioactivo, después va usted a engordar": Endocrinólogo al que, algún tipo de kriptonita le dañó la vista, y no se daba cuenta de que iba desapareciendo en cada vsita (de a kilo o kilo y medio por semana).
- "Ni hablar, tómese el yodo radiactivo, aunque después engorde": el mismo endocrinólogo, dos años y 12 pastillas diarias después, preocupado por mi futura carrera de modelo.
- "¿Le duelen las rodillas? Pero señora, si usted tiene unos tendones muy fuertes": Ortopedista de manos mágicas, quien solo me recetó ejercicio.
- "Si ya le curaron el hiper, ahora tiene hipotiroidismo...entonces el insomnio ES por depresión, tómese medio diazepam por la noche y, si no es suficiente, aumente hasta uno entero, pero con cuidado": Médico General incrédulo.
- "La prueba de reumatismo salió negativa...los calambres deben ser por otra razón. Tome B12 y Ácido Fólico": Otro Médico General, con buenas intenciones y poco tiempo que perder.
- "Si unas veces le duelen los hombros, otras el cuello, otras la espalda y, muchas, los músculos... no la puedo enviar a Medicina del Trabajo porque, para ir allá -la Fortaleza de Hielo, creo yo- tiene que tratarse de un mismo sitio": El Médico General Incrédulo que, al parecer, no sabe lo que es el sistema musculo-esquelético.
- "Tiene artrosis, de tercer grado , cuidado con caerse porque se puede fracturar": Ortopedista precavido.
- "A ver, camine para allá, de regreso, en puntas y talones. N´ooombre, éso nos Artrosis de tercer grado...es de segundo" : Ortopedista con visión de rayos X, que dio las indicaciones desde su escritorio y sin mirar mis radiografías, porque estaba ocupado en las visiones más placenteras de una rubia que le estaba visitando.
- "Como no hay incapacidades médicas permanentes, tienen que aprender a vivir con ello...cómprense unas gomas para los lápices, las cucharas, el bastón": Terapista física que nos "engomaba" el alma.
- "No hay reactivos, venga la semana que viene...¡No, no damos constancia de tiempo por venir, a menos que se haga el estudio!": Laboratorista de hierro, después de estarla esperando más de dos horas.
- "Aprovechen las terapias físicas porque, si vienen más de tres veces por la misma razón, se considera crónico y ya no se les otorgan": Terapista, al parecer pariente de la del laboratorio.
- ¡No es posible! Los dientes no se rompen al apretar la mandíbula...eso es falta de aseo": Superodontóloga con muy poquísima supermother.
- Es que tiene una pierna más corta y por eso le duele la espalda": Ortopedista, teniendo una epifanía, después de estarme tratando varios años.
- "¡Cómo la voy a enviar con el reumatólogo si ya le dije que la prueba salió negativa! Fibro ...¿qué? Eso es psicológico ¿Se está tomando su diazepam?: De nuevo, el Incrédulo.
- "La falta de calcio no se detecta con rayos X" : El de la distracción rubia que, supongo, tiene miopía en SU particular vista de rayos X.
"¡Quién va a saber más? Yo que soy el doctor o usted que consulta el internet": Absolutamente TODOS
No, no estoy exagerando. Al contrario, me estoy saltando muchas otras respuestas de estos superhombres que, o no se han preocupado por capacitarse o, de plano se creen que, cuando uno se enferma es solamente de una sola cosa.
En mi situación, el hipotiroidismo secundario (como solución al Hipertiroidismo de tres años) y la dichosa Artrosis han sido motivo de que, los poquísimos galenos medianamente informados, atribuyen mis achaques a una u otra enfermedad y no se detengan a considerar ninguna otra posibilidad, exceptuando claro la hipocondría, la depresión o las muchas ganas de cobrar sin trabajar..
Asì, los calambres se deben al hipotiroidismo , aunque si lo raro es el insomnio...ése debe ser por depresión.
La rigidez muscular y el dolor es por artrosis...aunque si los músculos no tienen articulaciones, el dolor en ellos es hipocondría.
El dolor en la espalda es por cojera...o pereza; los hombros por escoliosis; el rechinar los dientes, por estrés; la confusión momentánea, por falta de organización; las molestias en los tobillos y pies, por usar zapatos altos (al parecer, se me hacen metástasis los tacones de mis amigas); el cansancio es fingido...
Y digo yo, si no me creen ¿Por qué entonces me han recetado celebrex, naproxeno, ibuprofeno, tegretol y diazepam; o me han querido enviar al psicólogo o a clínicas del sueño? (y un larguísimo etcétera).
Para ser justa, debo reconocer que en mi última visita a Ortopedia, tuve la fortuna de encontrarme, substituyendo a mi médico asignado, otro que tuvo la valentía de pasarse más de los 15 minutos que, en teoría, le corresponden a cada paciente. Este Hipócrates entre los hipócritas, además de recetarme unas plantillas y una faja, fue el único que, creyéndome o no, indicó por escrito la conveniencia de enviarme con un reumatólogo.
Lamentablemente ya no pude hacer efectiva la indicación pues, tantas visitas e incapacidades médicas con diagnósticos diferentes (esguinces, lumbalgias, escoliosis), en mi centro de trabajo comenzaron a levantar sospechas que, muy pronto, se tradujeron en un acoso tan frustrante que decidí dejar el trabajo, ante el desgaste emocional que supone no ser creída por nadie.
Para ser justa, debo reconocer que en mi última visita a Ortopedia, tuve la fortuna de encontrarme, substituyendo a mi médico asignado, otro que tuvo la valentía de pasarse más de los 15 minutos que, en teoría, le corresponden a cada paciente. Este Hipócrates entre los hipócritas, además de recetarme unas plantillas y una faja, fue el único que, creyéndome o no, indicó por escrito la conveniencia de enviarme con un reumatólogo.
Lamentablemente ya no pude hacer efectiva la indicación pues, tantas visitas e incapacidades médicas con diagnósticos diferentes (esguinces, lumbalgias, escoliosis), en mi centro de trabajo comenzaron a levantar sospechas que, muy pronto, se tradujeron en un acoso tan frustrante que decidí dejar el trabajo, ante el desgaste emocional que supone no ser creída por nadie.
Con mi última nómina fui a contarle mis desgracias a un reumatólogo particular. No hizo falta que le mostrara el kilo y medio de radiografías y diagnósticos de los últimos cuatro años. Una entrevista y los puntos gatillo le dieron nombre a mi okupa: FIBROMIALGIA
Y bueno, no es que el diagnóstico me gustara, pero darle nombre a la okupa, al menos, me liberó de la ignorancia propia ( que no de la ajena) y, en cierta forma, me dio un punto de partida para aprender "ESO" que se supone debemos saber para vivir con ella. Es peor, mucho peor, no poder explicarnos lo que nos está pasando y enfrentarnos a la incredulidad y la falta de comprensión.
Durante todo el peregrinaje médico, muchas personas me preguntaron el porqué no acudí a un médico particular, haciendo el esfuerzo por pagarlo.
Pues bien, además de las consideraciones económicas que, para algunos no son importantes pero que para el raquítico salario de un maestro de la SEP que mantiene a una familia, y el hecho de que las licencias médicas deben ser autorizadas por el ISSSTE (otro peregrinaje tanto o más frustrante), hay otra razón muy importante, en tanto derecho humano y laboral: LOS SERVICIOS MÉDICOS DEL ISSSTE NO SON GRATUITOS, son pagados con los impuestos de los millones de empleados del gobierno, aún de los que, como en mi caso, nunca hicimos un uso exagerado de ellos.
Como corolario les diré que, aún buscándola con ahínco, nunca pude dar con la dichosa kriptonita que neutralizara a los Supergalenos con los que tuve que tratar... Si es que nunca se puede contar con Lex Luthor cuando se le necesita.
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