Odio que seas el cubo de basura de los doctores, que no me crean o que, teniendo algo más serio, me envíen a casa con un montón de analgésicos y antidepresivos en lugar de atender el que, desde hace tres meses no pueda comer nada sólido.
"Y SIN EMBARGO TE QUIERO"- Maribel Garrido. Asociación Provincial de Jaén Afixa
Amanece, un día mas que no es poco, la noche ha sido larga, confundo sueño con realidad, pesadillas mezcladas con la percepción de un cuerpo dolorido, que no encuentra el reposo, ni el consuelo de blandos almohadones y sabanas acogedoras, donde el dolor dirige mis movimientos, mis sueños mis vigilias, me ordena me manda sin tenerme en cuenta. No me pregunta donde queda mi mente soñadora, despierta, creativa, incansable. Lo llaman Fibromialgia, dicen que no mata el cuerpo, pero estruja el corazón, exprimiendo mis ilusiones, mis proyectos, anulándome no me deja crear, soñar, luchar, andar.
Quizá este soñando cuando en la cama soy capaz de hacer todo lo que quiero, es un sueño, pues cuando mis pies tocan tierra el frio de las losas me vuelve a una realidad mas agria y brutal. Las nauseas pueden a la ilusión, el agotamiento físico a mi capacidad y superación, en la que el dolor me marca el ritmo, parándome en seco cuando le desobedezco y castigándome por intentar hacer mas cosas que para el resto del mundo son rutinarias.
Menuda dicotomía, el cuerpo por un lado y la mente por otro.
Que burda es la Fibromialgia que me hace sentir presa, en un cuerpo que no quiero, que no me pertenece. Que cruel, sentirse atrapada en un cuerpo que no me sirve cuando lo necesito, me maltrata, me limita y no me acompaña.
De un extremo de la cuerda tira mi espíritu aventurero, creativo y soñador, de otro extremo de la cuerda tira mi cuerpo, pesado, dolorido, cansado, exhausto. Los necesito a los dos para vivir no puedo separarlos, como si de siameses se trataran, no es posible la vida, sin el uno y sin el otro y se establece en mi una relación de amor-odio, ni contigo ni sin ti.
Te necesito, me necesitas y es entonces cuando caigo en la cuenta y veo la realidad y me sorprendo a mi misma cantando una vieja canción que es mi propia canción: “eres mi cruz y mi muerte, te lo juro compañero, no debía de quererte y sin embargo te quiero”.
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Si caray, me pensaba más fuerte y ha venido la okupa a pegarme, de nuevo, para hacerme saber algo que tengo muy claro: A VECES NO TENGO CONTROL NI SIQUIERA DE MI MENTE, MUCHO MENOS DE MI CUERPO